Dispóngome a ser eso que perdí
entre tanto matorral perpendicular
-anudado entre mi pelo-
Y me digo en lo bajito que la gravedad
debe ser erradicada,
posada entre abril y junio,
y con un soplo por siempre olvidada.
Mas se enfila y siempre vuelve,
con un llanto,
una palabra,
un gesto tímido que no conoce la implicancia.
Con situaciones epidérmicas
que no conocen de la escarcha en enero,
me trago mis teorías.
me las trago.
Con el dolor de tu aguante autoconvocado
y mis ganas de caminar al unísono
-con espacio establecido-
allí donde la improvisación
es el mejor verso de ejecución,
y las ánimas acatan nuestro llamado.
Allí, en ese espacio entre tu ojo
y mi silencio manoseado.
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