jueves, 25 de junio de 2009

VII

Por la alameda de las cargas y las cruces de lana
te llevo prendido a la frente,
con un Anselmo que me dice
que la vida es tristeza y soledades
-todo en conjunto-

Creerle no quiero
y me dispongo a ser tramo directo
hacia eso que no conozco y me hace dudar -en ti-

Un amuleto colgado al cuello
de lo que no se ve,
pero se siente.
De lo que conllevan los recuerdos
en viajes banales del gran Santiago,
pero que están allí. a diario.

Y resulta que a veces hablarte quiero,
decirte esto,
mas callo el sentido por no saber vivirlo,
y se torna en silencio inconcluso
hacia tu nombre.

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