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- mi cumpleaño: porque aunque faltaron algunos estuvo de lo más lindo. positivo, como dijeron por ahí.
- el cumpleaño de mi mamá. porque simplemente estuvo notable. (y porque ese fue un fiel ejemplo del cuánto una persona puede llegar a mentirte, o por lo menos, a ocultarte información)
- la operación de mis ojos. y el desecho de unos anteojos que usé por más de 19 años. la histeria del creer que quedaría ciega y la felicidad de volver a ver los contornos y colores de las cosas.
- el viaje a longaví. porque nunca había visto de dónde salía el zapallo italiano y los porotos verdes.
- el viaje a antofagasta en plenas vacaciones de invierno. acá todos con bufanda cagándose de frío y yo con chalas y polera manga corta.
- el viaje a collipulli. y el encanto del sur, como dice el reclame. aunque después de eso ya no quería ver más en la vida el asiento de un bus.
- el viaje a quintero. y con ello toda la ilusión y el encanto. las flores, los colores. parece que nombré felicidad por más de 50 veces.
- el viaje a mendoza. por las parrilladas, alfajores, quilmes, pizzas y panchos. porque recordé el año que viví en argentina y el olor tan particular que tienen sus calles. porque ahí venden la mejor leche con chocolate y el mejor pan con jamón. y además, porque el Guillermo hizo un sacrificio de amor y, a pesar de todo me llevó a conocer la ciudad.
- la parcela de algarrobo. y todo lo lindo que siempre conlleva ese lugar. las reuniones, el trabajo y sobre todo la admiración que surge al ver a tu papá y tu mamá cumpliendo un sueño para todos nosotros.
- el 18deSeptiembre: y la reunión de una familia extensa. los papás del guillermo y de la jessica. el tío caimán y su pan de cibullet. la gisselle y el edison con sus preguntas directas. mi primo y sus chistes cochinos. la explosión de la botella en la fogata y las miles de chispas que parecían estrellas.
- moneda. a pesar de todo, uno de los mejores aprendizajes. allí se vivieron cosas muy lindas, y cosas que una nunca se imagina que la mente humana aloja.
- el compromiso de mi hermano. porque va a ser feliz, porque una cree que esos días no llegan, y sin embargo crece. y se viene como una película que tu hermano se casa, tiene hijos y se hace viejo, y una piensa que se lo pasa en un estado de niñez eterna.
- el descubrimiento de los sintalento. aunque ya los conocía desde tiempo, una persona me dio el nombre perfecto pa describirlos sin tener que explicarlos.
- la práctica profesional. y descubrir que dentro de lo que la mayoría piensa que es un juego, los niños y niñas pueden acercarse al arte, la música y las letras. y mejor aún, descubrir que ese fue el sello de mi paso por el primer nivel de transición. descubrir que soy real, y que los demás pueden notarlo.
- el reencuentro con personajes de la infancia. encontrar a la antonieta balmaceda, al mauricio cortés, al mauricio vallejos, a la cinthia valdés. nombres y caras que nunca olvidé a pesar de los años. aprender además que la amistad de la infancia es la más sincera que jamás una pueda tener.
- el seminario. y conocer a más de cuatro personas con sangre totalmente nueva, con entusiasmo y buena onda. darme cuenta además que las que conocía no eran quienes realmente demostraban ser. y que a veces hay que ceder más de lo que uno puede.
- el término de mi carrera. y con ello el término de un ciclo, que por más lindo y nostálgico, debía terminar.
- el piso de mosaico. y dejar en la parcela una huella que durará por generaciones. lo mejor de todo: trabajar con mi papá.
- la navidá. estar almorzando con todos los Acevedo. mi primo maxi y mi nueva prima rosario. porque los niños llegaron a la familia a traernos alegría y muchas sonrisas. a curar todos los errores y penas.
-menos mal que es un resumen, y bueno, yo creo que olvidé un montón de eventos más-
- el cumpleaño de mi mamá. porque simplemente estuvo notable. (y porque ese fue un fiel ejemplo del cuánto una persona puede llegar a mentirte, o por lo menos, a ocultarte información)
- la operación de mis ojos. y el desecho de unos anteojos que usé por más de 19 años. la histeria del creer que quedaría ciega y la felicidad de volver a ver los contornos y colores de las cosas.
- el viaje a longaví. porque nunca había visto de dónde salía el zapallo italiano y los porotos verdes.
- el viaje a antofagasta en plenas vacaciones de invierno. acá todos con bufanda cagándose de frío y yo con chalas y polera manga corta.
- el viaje a collipulli. y el encanto del sur, como dice el reclame. aunque después de eso ya no quería ver más en la vida el asiento de un bus.
- el viaje a quintero. y con ello toda la ilusión y el encanto. las flores, los colores. parece que nombré felicidad por más de 50 veces.
- el viaje a mendoza. por las parrilladas, alfajores, quilmes, pizzas y panchos. porque recordé el año que viví en argentina y el olor tan particular que tienen sus calles. porque ahí venden la mejor leche con chocolate y el mejor pan con jamón. y además, porque el Guillermo hizo un sacrificio de amor y, a pesar de todo me llevó a conocer la ciudad.
- la parcela de algarrobo. y todo lo lindo que siempre conlleva ese lugar. las reuniones, el trabajo y sobre todo la admiración que surge al ver a tu papá y tu mamá cumpliendo un sueño para todos nosotros.
- el 18deSeptiembre: y la reunión de una familia extensa. los papás del guillermo y de la jessica. el tío caimán y su pan de cibullet. la gisselle y el edison con sus preguntas directas. mi primo y sus chistes cochinos. la explosión de la botella en la fogata y las miles de chispas que parecían estrellas.
- moneda. a pesar de todo, uno de los mejores aprendizajes. allí se vivieron cosas muy lindas, y cosas que una nunca se imagina que la mente humana aloja.
- el compromiso de mi hermano. porque va a ser feliz, porque una cree que esos días no llegan, y sin embargo crece. y se viene como una película que tu hermano se casa, tiene hijos y se hace viejo, y una piensa que se lo pasa en un estado de niñez eterna.
- el descubrimiento de los sintalento. aunque ya los conocía desde tiempo, una persona me dio el nombre perfecto pa describirlos sin tener que explicarlos.
- la práctica profesional. y descubrir que dentro de lo que la mayoría piensa que es un juego, los niños y niñas pueden acercarse al arte, la música y las letras. y mejor aún, descubrir que ese fue el sello de mi paso por el primer nivel de transición. descubrir que soy real, y que los demás pueden notarlo.
- el reencuentro con personajes de la infancia. encontrar a la antonieta balmaceda, al mauricio cortés, al mauricio vallejos, a la cinthia valdés. nombres y caras que nunca olvidé a pesar de los años. aprender además que la amistad de la infancia es la más sincera que jamás una pueda tener.
- el seminario. y conocer a más de cuatro personas con sangre totalmente nueva, con entusiasmo y buena onda. darme cuenta además que las que conocía no eran quienes realmente demostraban ser. y que a veces hay que ceder más de lo que uno puede.
- el término de mi carrera. y con ello el término de un ciclo, que por más lindo y nostálgico, debía terminar.
- el piso de mosaico. y dejar en la parcela una huella que durará por generaciones. lo mejor de todo: trabajar con mi papá.
- la navidá. estar almorzando con todos los Acevedo. mi primo maxi y mi nueva prima rosario. porque los niños llegaron a la familia a traernos alegría y muchas sonrisas. a curar todos los errores y penas.
-menos mal que es un resumen, y bueno, yo creo que olvidé un montón de eventos más-